sábado, marzo 22, 2008

La vida como un postre

El otro día se nos antojó dulces y fuimos a la pasteleria. Al llegar no sabia si pedir torta de chocolate o crema volteada... pense en cuál se me antojaba más y era un 50-50. Después de tanto pensarlo opté por la torta de chocolate. Como todo era para llevar antes de recoger el pedido decidí cambiarlo por una selva negra que se veía más rica. Al llegar a mi casa abrí emocionada el taper y la selva negra ya no se veia tan apetecible, igual la probé y me decepcioné porque estaba algo seca. Quizas este ejemplo es algo frivolo pero la vida funciona asi... tenemos dos opciones y no sabemos cuál escoger. Evaluamos todos los pro y los contra y al final optamos por una diferente que apareció en el camino, es decir, tanto análisis para que al final sea una rápida desición que no nos satisface. Por eso, tendré más cuidado la proxima vez que eliga un postre.